miércoles, 21 de abril de 2010

Ella...

Él amaba el arte hasta un punto que jamás lograríais comprender. Muchos le consideraréis un loco, pero él amaba cada sentimiento que en su seno hubiese aflorado. Dedicaba su vida a sentir la belleza de cada cosa, por pequeña que fuera. Apreciaba por igual sentimientos buenos y malos, desesperación, felicidad, odio, amor... pues eran para él de igual importancia. Tal vez sí estaba loco, loco por soñar despierto, por intentar cazar sueños, por imaginar sensaciones y amar sentimientos. No era para nada una persona normal. No se preocupaba por llegar a fin de mes. No le importaba si un gol en el minuto 40 de la segunda parte había arrebatado la victoria al equipo de su cuidad en la final de la liga. No le importaba lo más mínimo nada de lo que la gente dice que importa.


Su historia es algo rara e incluso puede pareceros absurda pero como él solía decir :”...todas las vidas son hermosas, y cada vida y su historia, buena o mala, merece haberse vivido”.


Era sábado, seis de Mayo, la luz se colaba por la persiana entreabierta de su habitación y él amanecía una vez más preguntándose que le ofrecería de nuevo la vida. Se levantó de la cama con la pereza que le caracterizaba y fue a tientas hasta la cocina. La luz de la estancia le cegaba y tardó unos segundos en acostumbrarse. Se tomó su taza de leche derramando, como de costumbre, algunas gotas sobre la mesa. Habiendo desayunado ya, se metió en la ducha. Ese era uno de sus momentos favoritos del día, la música con el volumen al máximo y el debajo del chorro de la ducha. Fue en esos momentos cuando recordó su conversación con su amigo Javier el día anterior. Este había estado buscando algunas fotos que tenía guardadas en su ordenador, para enseñarle lo bien que lo había pasado en sus fiestas veraniegas. Estaban en estas cuando se coló entre las fotos una foto que le hizo perder el mundo de vista.


-No, vuelve atrás, dejame ver la foto anterior- dijo él sin pensar.


Era la foto de una muchacha preciosa, su pelo castaño brillaba a la luz del sol. Ella era, como expresarlo, tan hermosa que hubiera podido hacer perder la cabeza a cualquiera que osara mirarla. Sus ojos penetrantes parecían estar radiografiandole el interior. Nada hubiera podido apartarle de allí en ese momento. Y entonces solo pudo decir:


-Quien es ella?


-Es una amiga, hace algún tiempo que no hablo con ella, verdad que es guapa?


Ignorante, que clase de pregunta era esa? No se puede describir a un ángel diciendo que es guapa. Sí, en cuanto la vi, podría decirse que creí en los ángeles. Y no solo eso, solo con verla creí en el amor.

1 comentario:

  1. Ella en cuanto te vio sintió un pinchazo dentro pero no quiso hacerle caso. No quería sufrir otra vez.
    Pero cuando se dio cuenta ya estaba soñando contigo, imaginando cada uno de tus besos, la textura de tu piel, el perfume de tu cuerpo. Imaginaba como sería tu voz, como se sentiría al estar abrazada a ti y como sabrían tus labios.
    Eres mi sueño echo realidad. Parecerá cursi y todo lo que quieras, pero tú eres mi destino. Y ahora ya no me imagino esto sin ti. Nada tiene sentido si no estás tú.
    Leer cosas así me hace creer en todas esas cosas que un día perdí. Gracias por tratarme así :)
    Te quiero cosita bonita (L)

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